El arte mesopotámico es uno de los más antiguos del mundo. Se desarrolló en Mesopotamia, región cuyo nombre significa “entre dos ríos” y que está situada entre los ríos Tigris y Eúfrates, ubicados en Asia, en el actual Oriente Medio.
La civilización mesopotámica se desarrolla entre los ríos Tigris y Eúfrates, cuyas aguas canalizaban para regar. Son territorios que actualmente pertenecen a Irak.
Conocieron ya el arado, la carreta con cuatro ruedas y el barco de vela.
Los primeros habitantes de esta zona fueron los Sumerios. Estos desarrollaron un floreciente comercio en la zona, organizando caravanas que llevaban las mercancías de unos lugares a otros.
Posteriormente surgieron dos grupos diferentes que se repartieron el territorio. Hacia el norte se establecieron los Caldeos y los Asirios y más al sur los Medos y los Persas.
En Mesopotamia nos podemos encontrar con diversas etapas artísticas de acuerdo a la diversa cantidad de pueblos que dominaron este territorio. Los creadores del estilo artístico son los sumerios, estilo que será continuado por los semitas, consiguiendo el máximo esplendor en los periodos asirio y babilónico.
Mesopotamia era una tierra que carecía de ciertos materiales tales como madera, piedra, y metales. En cambio era rica en otros recursos ( por ejemplo la arcilla ) , lo cual favoreció la fabricación de ladrillos ( hechos de adobe, mezcla de barro y paja ) y vidrio.
Características: El arte mesopotámico tenía carácter cívico: tiene palacios, templos y servicios públicos; tales como murallas, canales de riego, puentes, puertas y fortalezas. También combina el sistema de platabanda y dintel con el de arco y bóveda.
Como en la región no había piedra y la madera era escasa, emplearon el ladrillo (hecho de adobe). Como el ladrillo es un material algo frágil, los muros se fabricaban gruesos y sin apenas aberturas; de manera que la apariencia de la edificación es maciza, pesada y monótona.
Debido a las periódicas inundaciones que eran favorables a los cultivos, los edificios solían construirse sobre terrazas.
Las paredes se cubrían de relieves en colores siguiendo esquemas muy simples, en particular los de repetición y simetría.
Destaca por sus grandes construcciones arquitectónicas:
• Los palacios con grandes salas adornadas con relieves y estandartes.
• Los templos o zigurats, edificios con una torre escalonada y por la que consideraban que descendías los dioses.
La falta de la piedra y otros materiales sólidos hizo que la arquitectura fuera una de las manifestaciones artísticas más complicadas en la época.
Los mesopotámicos tuvieron que usar lo que tenían más a mano: la arcilla. Con esta fabricaban ladrillos y adobe, que eran la base de sus construcciones. Esto ha hecho que queden muy pocos restos de sus creaciones.
El elemento más común era el uso de las vigas de madera para crear dinteles. También solían utilizar bóvedas y arcos, aunque menos que los egipcios, quienes de desarrollaron posteriormente.
Los edificios más importantes eran los templos y los palacios, mientras que las tumbas no eran demasiado espectaculares.
La orfebrería mesopotámica constituye uno de los hallazgos más interesantes de las excavaciones de tumbas reales y templos. El trabajo de los metales era una de las actividades artísticas más importantes en los pueblos mesopotámicos.
Entre los valores más preciados de este tesoro se cuenta el tocado de una de las sesenta y cuatro cortesanas enterradas en el sepulcro real, de una suntuosidad y un diseño exquisito, en el que finísimas láminas de oro imitan hojas y pétalos de flores. Restos de vajilla labrada en oro y numerosísimas estatuillas de cobre, uno de los metales más trabajados, así como collares y brazaletes de cornalina, lapislázuli y plata e instrumentos musicales con piedras preciosas completaban el tesoro más antiguo del mundo oriental.
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